A 19 anni dai giorni d’una insurrezione che sorprese il mondo – e dopo anni d’un silenzio che sembrava il prodromo d’una definitive scomparsa – gli zapatisti del Chiapas tornano alla ribalta con una imponente manifestazione negli stessi luoghi luoghi che, il 1 gennaio del 1994, mentre Carlos Salinas de Gortari annunciava al mondo l’ingresso del Messico nel Primo Mondo, videro la loro insurrezione in armi. Ed il subcomandante Marcos – che molti credevano morto o in vacanza in qualche ridente spiaggia dei Caraibi – annuncia, per le prossime settimane una nuova imponente iniziativa “civile e pacifica”. Il Messico degli ultimi è ancora lì. E non ha smesso di lottare…
Ecco quello che scrive, in proposito, il settimanale Processo:
El ominoso silencio
2012-12-22 19:09:19 ·
MOVIMIENTO SOCIAL
Si bien desde días antes se sabía que el viernes 21 habría un comunicado del EZLN, para muchos fue una sorpresa que varios miles de milicianos zapatistas marcharan en silencio hacia las cabeceras de los cinco municipios que tomaron por medio de las armas el 1 de enero de 1994. Cuando la estructura de poder que encabeza Enrique Peña Nieto festeja el fin de la pesadilla panista y se engolosina con sus primeros logros, los zapatistas vienen a recordarle al México olvidado, el de ellos mismos y el que representan, silencioso, callado, pero ominoso. Es el ruido del silencio. El mensaje del subcomandante Marcos, dirigido “a quien corresponda” luego de las cinco marchas con bocas cerradas, fue: “¿ESCUCHARON?”.
SAN CRISTÓBAL DE LAS CASAS, CHIS.– Al comenzar el gobierno que marca el regreso del PRI a la Presidencia, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) volvió a aparecer el viernes 21 con una movilización pacífica y silenciosa de miles de indígenas que salieron de sus comunidades y marcharon en las cabeceras de los municipios de Ocosingo, San Cristóbal de las Casas, Palenque, Altamirano y Las Margaritas, los que en 1994 tomaron con las armas.
Desfilaron miles de jóvenes mujeres y hombres que representan los nuevos cuadros del EZLN, los que nacieron o crecieron después de 1994, cuando el grupo insurgente irrumpió en el escenario político en los días en que Carlos Salinas de Gortari anunciaba la entrada de México al Primer Mundo.
Horas después de las marchas silenciosas, el subcomandante Marcos emitió un comunicado en el que preguntó: “¿ESCUCHARON?”, seguido de una advertencia: “Es el sonido de su mundo derrumbándose. Es el nuestro resurgiendo. El día que fue día, era noche. Y noche será el día que será el día”.
El comunicado, fechado el viernes 21, está suscrito por el Comité Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Con este documento Marcos rompió un silencio de casi cuatro años y echó abajo las versiones de que estaba muerto o incapacitado por una enfermedad terminal –cáncer en un pulmón– y que estaría siendo relevado por una nueva dirigencia.
Además, Marcos y las comunidades de base zapatistas se presentan a menos de un mes del regreso del PRI a la Presidencia de la República con Enrique Peña Nieto, tras 12 años de panismo.
Marcos con su comunicado y los zapatistas marchando por cinco cabeceras municipales volvieron a mostrar su fuerza, la que durante años fue desestimada por los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón. Y ahora también por el de Peña Nieto, que no ha hecho ninguna mención de ellos desde que el 1 de diciembre tomó posesión.
En San Cristóbal marcharon alrededor de 15 mil indígenas zapatistas, en Ocosingo 6 mil, en Palenque 8 mil, 4 mil en Las Margaritas y otro tanto en Altamirano, donde incluso algunos vistieron su uniforme militar de pantalón verde y camisa café.
Los zapatistas han hecho diversas marchas a lo largo de su historia y en cada una de ellas han mandado un mensaje.
La primera fue el 12 de octubre de 1992, en el quinto centenario de la llegada de Colón a América. En esa fecha, agrupados en la Asociación Nacional Campesina Emiliano Zapata llenaron las calles del centro de San Cristóbal y destruyeron la estatua del colonizador de Chiapas, Diego de Mazariegos.
En 1994 se dieron a conocer públicamente como un ejército insurgente y tomaron varias presidencias municipales; en esa fecha lanzaron el comunicado donde declararon la guerra al gobierno federal.
Desde entonces ha habido otras marchas; la más reciente el 7 de mayo de 2011, cuando cerca de 25 mil indígenas dieron su apoyo a las víctimas de la guerra contra el narcotráfico integradas en el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.
Hoy el EZLN reaparece en medio de una crisis de movimientos sociales, como el #YoSoy132, que fueron reprimidos el pasado 1 de diciembre cuando protestaban contra la llegada de Peña Nieto a la Presidencia.
Marcos emitió su comunicado este viernes 21 por internet, como lo había anunciado la página web Enlace Zapatista. Aunque lo dirige “a quien corresponda”, el texto aparece precisamente cuando en Chiapas asumió el gobierno el priista Manuel Velasco y en la Presidencia ya está Peña Nieto.
El mensaje
La mañana del viernes 21 en las cinco cabeceras municipales, el EZLN mostró que después de casi 19 años de lucha aún tiene capacidad de movilización y organización, mientras Marcos da señales de vida con su breve comunicado.
Desde hace unas semanas en el sitio en internet Enlace Zapatista se anunció un inminente pronunciamiento del EZLN.
“Próximamente, la palabra del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, Comisión Sexta y Comisión Internacional del EZLN” decía el aviso en mayúsculas en la página de inicio del sitio web del grupo armado, mensaje que apareció y desapareció varias veces durante días, lo que creó confusión entre sus simpatizantes.
Nunca antes el EZLN había anunciado públicamente con tanta anticipación una acción y un mensaje. Ahora lo hicieron aprovechando la avalancha mundial de atención a la profecía maya del inicio de una nueva era precisamente para el viernes 21. También en estos días en que organizaciones civiles estatales, como Las Abejas de Acteal, han denunciado la reactivación de grupos paramilitares, como Paz y Justicia y Máscara Roja, en las zonas Norte y Altos de Chiapas.
Pero igualmente el anuncio de las acciones zapatistas y el mensaje de Marcos se dan luego de la firma del Pacto por México –que incluye reformas educativas, laborales y de seguridad pública– que no mencionó a los zapatistas que desde 1995 siguen desarrollando sus propias formas de gobierno autónomo en los llamados Aguascalientes, que fueron sustituidos en 2003 por los Caracoles.
Información de distintas fuentes coincide en que después de la represión del 1 de diciembre, en las comunidades zapatistas se anunció la preparación de las marchas de este viernes 21.
Los preparativos de la movilización se hicieron en absoluto secreto. Algunas organizaciones afines al EZLN supieron de los preparativos, pero no fue sino hasta el miércoles 19 cuando se confirmó la movilización en las cinco cabeceras municipales claves para el movimiento indígena armado.
Ese mismo miércoles el gobierno de Manuel Velasco Coello lanzó un mensaje de “buena voluntad” para el EZLN.
En un comunicado anunció que “de acuerdo a la voluntad política expresada y en apego a la legalidad del estado, fueron liberados Aníbal López Monzón y Carlos López Monzón (bases de apoyo zapatistas), así como sus hermanos Juan y Jacobo López Monzón, mismos que se encontraban recluidos en el penal de Motozintla”.
Velasco también informó de la cancelación de la orden de aprehensión contra Alfonso Cruz Espinoza, originario de San Antonio Toniná, igualmente base de apoyo zapatista.
La nueva generación
Muy temprano, bajo una lluvia incesante, por las calles de Ocosingo, San Cristóbal, Palenque, Altamirano y Las Margaritas desfilaron en silencio los hombres, mujeres y niños del EZLN, encapuchados, con paliacate rojo al cuello y con listones verdes, blancos y rojos en sus capuchas negras.
En enero de 1994 un numeroso grupo de indígenas identificados como el EZLN tomaron con las armas las cabeceras de esos mismos municipios y lanzaron una declaración de guerra que aún se mantiene. Casi 19 años después otros zapatistas, en su mayoría jóvenes, regresaron con pasamontañas y paliacates en el rostro a marchar por las cabeceras municipales pero en silencio, pacíficamente.
La mayor movilización se dio en San Cristóbal de Las Casas, donde alrededor de 15 mil indígenas bajaron de las montañas de la zona de Los Altos en decenas de camionetas; fueron recibidos en la plaza de la catedral con aplausos y vivas al subcomandante Marcos.
Tras una caminata de un par de horas en medio de la lluvia, los miles de tzotziles entraron a la ciudad de Jovel –como se llamaba– por el mismo lugar por el que entraron en 1994: La carretera que lleva a San Juan Chamula y a San Andrés Larráinzar.
Los indígenas caminaron en filas de cuatro en las que se veía un horizonte de pasamontañas negros y azules y en la frente el número de zona a la que pertenecían. La 29 era la última en la marcha.
A paso lento, en silencio, sin salirse nunca del orden, los miles de indígenas tardaron varias horas en llegar a la plaza central de San Cristóbal, a un lado de la catedral donde en 1994 Marcos se reunió con Manuel Camacho Solís, representante del gobierno de Salinas.
Algunos comerciantes cerraron sus locales. Los miraban con recelo. Pero los zapatistas pasaban sin voltear, sin romper la formación.
La mayor parte de los integrantes de las comunidades de base zapatistas eran hombres y mujeres jóvenes. Algunas de ellas incluso traían a sus hijos pequeños liados en sus rebozos.
Sonaron aplausos en varias ocasiones por parte de unas docenas de habitantes y hasta turistas que fueron sorprendidos por la presencia de los miles de indígenas. “¡Viva el EZLN!”, “¡Viva Marcos!”, gritaron algunos.
Más de una hora tardaron en desfilar los indígenas zapatistas por el escenario improvisado frente a la catedral. Luego de saludar con el puño izquierdo en alto se formaron en el patio trasero del Palacio Municipal, desde donde el 1 de enero de 1994 Marcos lanzó la Primera Declaración de la Selva Lacandona declarándole la guerra al gobierno y al Estado mexicano.
En silencio, tal como llegaron a la ciudad colonial, los indígenas zapatistas se retiraron. No hubo desmanes, pintas ni gritos.
Los indígenas se fueron sin decir una palabra. Horas después, ya bajo la noche, en un comunicado el subcomandante lanzó la retadora pregunta: “¿ESCUCHARON?”.